PELIGROS DE LA RADIACIÓN SOLAR
Como todos sabemos, sin el sol no podríamos vivir ya que tiene efectos muy beneficios sobre el organismo, como por ejemplo: brindarnos vitaminas A y D.
Sin embargo, si tomamos sol en exceso, este puede ser nuestro enemigo más cruel, ya que es muy dañino para nuestra piel, ya que día a día nos estamos "enfrentando" a una de las fuentes de energía más potentes de la naturaleza.
Las radiaciones solares producen efectos negativos en nuestro organismo, tanto inmediatos como tardíos. Dentro de los inmediatos podemos mencionar: quemaduras, alteraciones del sistema inmunitarios, insolaciones. Y dentro de los tardíos se encuentran: el foto envejecimiento cutáneo, alteraciones oculares y aparición de tumores cutáneos.
Es necesario saber que el sol se acumula y tiene memoria, de modo que la piel "recuerda" toda la radiación que ha recibido desde la infancia. Los efectos negativos que van apareciendo paulatinamente en la piel son consecuencia de la suma de la radiación solar recibida a lo largo de los años. Por eso, se ha demostrado que uno de los principales factores de riesgo de padecer cáncer de piel en la etapa adulta es el haber presentado insolaciones o quemaduras solares repetidas en la infancia y adolescencia.
Los rayos UV, sobre todo de tipo A, dañan las células y provocan un envejecimiento de la piel que es indudablemente responsable de la mayor parte de los cambios no deseados del aspecto de la piel. Se manifiesta particularmente en las zonas del cuerpo que están más expuestas al sol (cara, cuello y manos). En estas zonas la piel pierde elasticidad, se hace áspera, se arruga, toma un color amarillento.
EL SOL Y LOS OJOS
La exposición del ojo a los rayos ultravioleta depende de numerosos factores: de la radiación reflejada por el suelo, del grado de intensidad de la luz del cielo que obliga a nuestros párpados a entornarse, de la cantidad de luz reflejada por la atmósfera, o de la utilización de gafas de sol.
Algunos de los efectos agudos de la radiación UV sobre el ojo son la fotoqueratitis (inflamación de la córnea y del iris) y la fotoconjuntivitis (inflamación de la conjuntiva, que es la membrana que recubre el interior de los párpados), que son trastornos dolorosos pero reversibles, y fácilmente evitables usando gafas de protección.
EL SOL Y LAS PLANTAS
Los animales se alimentan de aquellos alimentos que ya están elaborados, a diferencia de las plantas que son capaces de producir su propio alimento, a través de un proceso químico llamado fotosíntesis, en el cual es de suma importancia la presencia de la luz.
Los pigmentos absorben la luz necesaria y adecuada puesto que su eficacia depende de las diferentes longitudes de la onda espectro visible. La gran proporción de este pigmento determina que las plantas presenten su color verde, en consecuencia a que la luz verde no es absorbida y es captada por nuestros ojos. Sin embargo, es la luz roja, anaranjada y azul la que utilizan las plantas con mayor frecuencia para realizar la fotosíntesis.
Las plantas tienen un papel fundamental en la vida, ya que son las encargadas de producir en oxigeno, necesario para poder respirar y para la mayor parte de los seres que habitan en el planeta. La vida en nuestro planeta se mantiene fundamentalmente gracias a la fotosíntesis que realizan las algas, en el medio acuático, y las plantas, en el medio terrestre.